Buen campeonato el realizado por nuestros cadetes que tras perder contra Málaga en la primera jornada, consiguieron doblegar, no sin dificultad a Granada y Córdoba, para finalizar llevándose el bronce frente a Almería.
La Delegación de Sevilla apostó hace un año en esta categoría por el jugador local, ya que consideraba más útil para todos dar oportunidades a los jugadores de Sevilla, ya que aquellos de otras provincias o países, si tenían el nivel suficiente, conseguirían llegar a cotas más altas directamente, por lo que inicialmente se competía con esa premisa.
El primer rival era Málaga, nutrido principalmente por los jugadores de Unicaja, que a priori eran superiores. El encuentro fue parejo hasta el último período con parciales de 16-20, 32-35 y 45-52, siempre favorables para los malagueños, haciendo los nuestros un partido serio en defensa y concentrado en ataque que hacían presagiar un final igualado. Pero en el inicio del último parcial una serie de errores en ataque propiciaron un despegue de los de la Costa del Sol que desconectaron a los nuestros del encuentro, dejando el partido en un claro 48 a 80 y un mal sabor de boca porque en diez minutos se tiraron las buenísimas sensaciones de los treinta minutos anteriores.
Al día siguiente, la doble jornada comenzaba con el encuentro frente a Granada, que había vencido por 4 puntos a Córdoba. Fue un partido loco, con alternativas en el marcador para ambos equipos, finalizando cada período con ventaja para cada equipo y llegándose al final con un apretadísimo marcador que se resolvió gracias al acierto anotador y el control del tiempo en las instantes finales de los nuestros (69-64 resultado final para Sevilla).
Por la tarde dependíamos de nosotros para poder disputar la lucha por el bronce, aunque también nos valían otros resultados. Comenzaron mandando los anfitriones, Córdoba, que fueron administrando una corta ventaja hasta el descanso (49-46). Tras el paso por los vestuarios y merced a la mejora defensiva y el dominio en el rebote, los nuestros consiguieron dar la vuelta al marcador y no sin dificultad, alzarse con una merecida victoria (65-59) que les llevaba al segundo puesto del grupo y a la disputa del tercer y cuarto puesto.
En la lucha por la medalla de bronce el rival fue Almería que, contra pronóstico, había derrotado a Cádiz en la primera fase merced a una fortaleza física y una buena dirección de juego, y que a buen seguro nos lo iba a poner difícil. Así que no fue de extrañar que los visitantes comenzaran mandando, si bien fue también por desaciertos nuestros, que permitieron que la ventaja fuese aumentando hasta los 12 puntos, a los cinco minutos del segundo período. Tras el obligado tiempo muerto el equipo comenzó a defender con criterio y la ventaja se redujo a la mínima expresión llegándose al descanso con 28 a 29 para los almerienses. En la reanudación la dinámica de nuestros chicos continuó “increscendo” y se consiguió voltear el marcador (44-37 al final del tercer período). El último período fue igualado, si bien conforme el rival notaba que se le escapaba el encuentro, precipitó sus acciones y el acierto en el tiro exterior de los nuestros hizo que la distancia aumentara hasta el definitivo 66 a 48, más abultado de lo que se vio en la pista.
Por otra parte la final cayó del lado de Málaga, la favorita, que derrotó a un combativo equipo de Huelva por 69 a 46, encuentro que dirigió nuestro árbitro Francisco Manuel Quintero que realizó una buena labor tanto en el partido como en todo el campeonato.
En resumen, este año la apuesta deportiva salió bien y por ello hay que felicitar a los responsables del Programa de Selecciones, a los técnicos del equipo por su gran labor, a los padres, madres y acompañantes por su paciencia y colaboración, a los clubes (los actuales y los anteriores que ayudaron a formar a los chicos) y, cómo no, a los propios chicos que dieron lo mejor de sí. Ahora toca seguir trabajando para que con sus clubes obtengan buenos resultados deportivos, pero sobre todo, se sigan formando como jugadores de baloncesto y como personas, ya que si no es así, nada de esto habrá servido realmente para nada.