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La U16 F luchará por el bronce

Portugal - España
La U16 F luchará por el bronce

Portugal - España (64 - 44)


La Selección U16 no pudo superar a una anfitriona Portugal arropada por cuatro mil aficionados que crearon una atmósfera durísima para nuestras jugadoras. Tras el disgusto de la derrota queda el reto de ganar a Italia y terminar el campeonato con la medalla de bronce colgada al cuello.
Un primer cuarto de nulo acierto ofensivo, en el que nuestra selección tan sólo fue capaz de anotar una canasta y dos tiros libres, condenó a España a vivir un partido de pesadilla, siempre a remolque en el marcador ante una Portugal que pudo desarrollar el juego que le ha llevado de manera sorprendente pero merecida hasta la final de su campeonato. España apostó inicialmente por la velocidad, por la intensidad, pretendiendo desgastar a un rival acostumbrado a manejar los partidos a un ritmo constante, pero en esa voluntad por acelerar el juego nuestra selección se estrelló víctima de la precipitación y el desacierto. 
 
Al final resultó que ese ambiente impresionante de las gradas, con cuatro mil aficionados creando una atmósfera muy fuerte, sí pudo con el estado de ánimo de nuestras jugadoras, al igual que lo había hecho veinticuatro horas atrás con Francia. Son edades muy jóvenes que sí ven alteras las pulsaciones y con ellas la puntería en circunstancia así. El 30-15 del descanso evidenciaba el estilo de un partido trabado, marcado por las imprecisiones (5 de 33 en tiros de campo por España) más que por los aciertos, donde la tensión de unas por agradar a su público y otras por no dejarse influir por el ambiente adverso condicionaba y mucho el rendimiento. 
 
Aún así España no se hundió y trabajó a destajo para acercarse en el marcador y consiguió situarse en la frontera de los diez puntos intentando cambiar los ritmos de un partido que avanzaba entre el desespero de las nuestras por ver como no podían cambiar un rumbo definido desde los primeros minutos. Al final del tercer cuarto la ventaja se había reducido en sólo tres puntos (42-30) aunque en los rostros españoles sólo había deseo de remontada conscientes de que quedaba mucho por jugar todavía. Pero nuevamente impulsadas por un ambiente que les dio alas y fuerzas extras, las portuguesas no sólo bajaron el rendimiento sino que fueron capaces de aumentar en el acierto, la velocidad en las transiciones, la eficacia defensiva, y con todo ello conseguir encarar el final de partido con una ventaja suficiente en el marcador (56-36 en el minuto 37).

Miguel Panadés - Comunicación FEB