Victoria clara ante Alemania y demostración de que nuestras jóvenes jugadoras han encontrado un camino adecuado para saber resolver lasdificultades que presentan los partidos.
Con el mismo talante de seguridad, de humildad, de esfuerzo y de confianza en los argumentos propios España saltó al parquet dispuesta a sacar adelante un partido fundamental para iniciar con victoria la segunda fase. Supo adaptar las defensas protegiendo el aro para desde el rebote marcar el ritmo adecuado del partido. Supo llevar el balón a las jugadoras que más podían dañar la defensa germana y progresivamente, sin excesivas prisas pero sin pausa fue incrementando unas diferencias que en el primer cuarto eran de 19-16 y al descanso de 33-28 pese al 0 de 8 en triples.
España y su equipo técnico leyó bien el partido en el descanso y en la reanudación insistió en los argumentos que le habían dado ventaja en los primeros veinte minutos y supo corregir aspectos relacionados con el ataque rival al que dejó con muchos menos caminos hacia el aro. Las diferencias se incrementaron al final del tercer cuarto, 53-39 en una fase en la que España se gustaba en la pista, se sentía feliz y con la defensa de ajustes que ha ido acoplando de manera eficaz en los últimos partidos consiguió dejar sin respuesta a una selección alemana que veía impotente como España se distanciaba en el marcador por encima de los 30 puntos… (74-43 minuto 38). Los triples habían empezado a entrar y España realizaba una segunda parte con una demostración de la fuerza del equipo.
Tras la primera victoria en la segunda fase nuestra selección afronta un siguiente y durísimo duelo frente al poder físico de Francia. Pero lo hace con las sensaciones adecuadas, con la constatación de que poco a poco van creciendo en el campeonato y encontrando los resortes necesarios desde donde impulsarse en cada partido. La estrategia defensiva junto con la intensidad y velocidad, se convierten buenas combinaciones para encontrar la puerta del éxito.
Miguel Panadés - Comunicación FEB